Pone de moda lo verdadero

jueves, 26 de enero de 2017

Segundas oportunidades

                                                 
 Una vez más. Motivada por lo que la imagen de la vida dispara y por su voz andaluza casi audible en mi memoria recordándome esta prosa:
"De lo podrido nace lo florido". Vaya poesía! Poco romántica, pero oportuna para creer que aunque todo parecía esfumarse en ilusión, aquí estamos de vuelta!
Si. Creo en las segundas oportunidades.
Regresé de mis vacaciones, y a pesar del cuidado amoroso de buenos vecinos, encontré mis plantas devastadas por orugas que habían invadido mi pequeño espacio verde.
En medio de la desesperación, recordé la frase de la abuela que encabeza este relato, y una charla que hacía tiempo había tenido citando este paradójico verso con Ceci, una de las botánicas más copadas de Instagram que junto a Menna son @ciabotanica . Les escribí de inmediato (porque el que sabe,sabe!) Y ellas con toda generosidad me dieron los pasos para salvarlas.
Lo primero que me dijeron fue:
  "Ohhh terrible! Sacale lo máximo que puedas para que queden sin heridas; fijate si hay algún bicho.   Cambiá el sustrato para sanear y no tengas miedo de sacar todo lo feo, vuelven a crecer!"
Trabajar sobre mis plantas en base a la respuesta sabia de las chicas, me hizo pensar tanto en las personas...
Cuantas veces ante situaciones devastadoras lo primero que necesitamos es que alguien nos escuche y nos comprenda. En ese "Ohhh" pude percibir la empatía de alguien que más allá de mis errores o ignorancia, me comprendía.
Como abre camino para todo lo que una pueda decir después, ponerse en los zapatos del otro. La empatía crea un puente de relación y entonces si, podemos ir más profundo, y hacer foco en lo que causa las heridas.
Como cuesta focalizar y tomar coraje para limpiarnos de aquellos agentes que devastan lo que somos! y no hablo sólo de personas. A veces son hábitos, formas, patrones de pensamientos, que con la habilidad de la oruga, nos dañan, nos matan lentamente.
Identificar lo que nos daña, "ponerle nombre" a lo que nos hiere, nos permite seleccionar de manera sabia el tratamiento, y a la vez, hacernos cargo de lo que nos pasa.
"Cambiar el sustrato".Aquello que está debajo de lo superficial y causa especial influencia. sobre las plantas. Sobre las vidas.
Entonces me pregunto, ¿Donde están echadas nuestras raíces? ¿De que nos estamos nutriendo? ¿Cuales son los valores que influencian nuestras apariencias?
Muchas veces necesitamos cambiar el sustrato para sanear. No se trata de cambiar conductas desde la mecánica. se trata de paradigmas. De sustratos que deben ser renovados para seguir viviendo.
"Y no tengas miedo, sacá todo lo feo, vuelven a crecer". Otra vez las palabras de aliento! Aquellas expresiones de corazón a corazón que nos animan a seguir en el proceso. A hacerle frente a los desafíos y confiar.
No se como se llaman "tus plantas". Si son sueños, proyectos, relaciones.
Sí se que la vida natural nos demuestra que se puede creer en las segundas oportunidades aguardando "Lo florido".
Deseo regar con FE este 2017 y desafiarnos a seguir poniendo de moda el valor de la oportunidad para con otros. Para con nosotros mismos.

lunes, 20 de junio de 2016

Sobremesa



Unas de mis cuentas favoritas en IG es @colorsoloparami . En sus post, Marina nos propone con su calidez y buen humor, "poner linda la mesa y ponernos felices". Me encanta la idea!Y comparto plenamente que LA MESA es el escenario perfecto para descorrer el telón y disfrutar de la familia.
Cuando yo era chica, circulaba un refrán "casi ley" a la hora de estar sentados a la mesa: "Cuando se come no se habla". Y si bien esto no regía en todas las casas (menos las de idiosincrasia tana y española como la mía, donde hablamos todos juntos y casi a los gritos!) Este mandato social caracterizó a una generación: La generación del silencio.
Hoy vivimos una realidad totalmente opuesta, tan opuesta como extrema. Vivimos apurados,"de paso" por la mesa. con pantallas invitadas que terminan siendo el foco de nuestra atención.Y en la era de las comunicaciones y en los tiempos donde dar nuestra opinión es ni más ni menos que un derecho, sin darnos cuenta,volvemos a ser presos del silencio.
Me desafío a recuperar el espacio de "La Mesa" como el lugar del encuentro. Un sitio real y tangible para conectarnos con la familia.
En la mesa se habla, se comparte,se hace la tarea! (aunque tengan un amplio escritorio mis hijos siguen eligiendo la mesa...)
En la mesa aprendemos modales, nos peleamos...nos reímos...
Pero hoy redoblo la apuesta! Y elijo recuperar la SOBREMESA. Ese tiempo que elegimos quedarnos por elección y no por necesidad (Aunque es taan necesario!) Ese espacio relajado y sin presiones que más allá de todo lo que la mesa invita y  propone, nos brinda la oportunidad de abrir el corazón.
Animémonos a poner las palabras sobre la mesa. A recuperar el valor de contar anécdotas, de escuchar historias de abuelos y planes de hijos...A poner de moda el valor de estar juntos sentados a la mesa!

martes, 5 de abril de 2016

TE DOY MI PALABRA


Soy nieta de inmigrantes. Mis abuelos llegaron de Europa "con una mano atrás y otra adelante". Con mucho esfuerzo y trabajo se construyeron la casa. 
En aquel tiempo no existían las tarjetas de crédito ni el banco les otorgaba uno, era mes a mes cuando el Nono recibía "el sobre", que pagaban su cuota en el corralón por un acuerdo hecho de palabra. Y fue justamente el ser gente de palabra, lo que les permitió edificar su casa, llenar sus despensas, tener su primer máquina de coser y montar su emprendimiento a las mujeres de la familia. Porque lo primero que hacían era cumplir con lo acordado. Y esto les dio fama de leales, de confiables, de honrados. El valor de la palabra les permitió sostener un presente y dejar herencia...
              "Si quiero". Estas palabras me permiten desde hace 20 años edificar un hogar. Porque el hogar se construye día a día en la decisión de sostenerse en aquellas simples dos palabras, tan poderosas como para sellar un pacto de amor!
Ante cada desafío, alegría, dificultad, enfermedad, abundancia o escasez, la decisión puesta en palabras nos permite seguir construyendo "la casa". Nos permite sostener nuestro presente y dejar herencia...
                    Y que de nuestras vidas?.. No se construyen también de palabras? 
Palabras de ánimo, de consuelo, de afirmación, de determinación. 
Un rey muy sabio de la antigüedad dijo que en nuestras palabras hay poder para dar vida o para dar muerte. Con nuestras palabras podemos edificar...o podemos destruir...
Las palabras tienen un valor que no llegamos a distinguir en el momento, pero sostienen (o derriban!) nuestro presente y dejan herencia! Tienen un alcance más allá de lo "audible", tienen el filo para atravesar lo intangible y perpetuarse en la eternidad de nuestra alma.
Me propongo desde lo cotidiano darle a mis palabras el valor que tienen! 
-Intento poner en palabras lo que siento."Ponerle nombre" a mi emoción me permite identificar mejor lo que me pasa y actuar más acertadamente en buscar la solución.
-Callar a tiempo...(que difícil!)
-Sostener mi palabra con los chicos, cuando pongo un límite, cuando digo que "no" (Esto requiere de un tiempo mayor para pensar antes de hablar! Y no quedar presa de mis palabras!)
-Bendecir! No desde el concepto "religioso" con el cual identificamos la palabra, sino desde el significado mismo de "bien decir", hablar bien del otro, de una situación, de mis seres amados, de mí misma!
-En “la era del #hashtag”, les propongo poner de moda despegarnos de las etiquetas que nos limitan a una forma, estilo o aspecto; que rotulan a las personas y las condicionan social, física y emocionalmente.
-Desconfigurarnos de aquellos patrones que nos impusieron las palabras negativas, los alias o la mirada reducida de los otros. Nuestra identidad es mucho más que eso!
-Darnos la oportunidad de resignificar aquellas palabras que construyen, que edifican “la casa”, que nutren el hogar y honran la vida.
Sembremos un presente lleno de palabras que dejen una herencia bendecida.

jueves, 25 de febrero de 2016

Tiempo de calidad



Llega Marzo.Al menos de este lado del océano y por debajo de la línea del ecuador, para muchos es el mes que marca el inicio.
Retomamos el ritmo laboral, la vuelta al cole, a la rutina del gym, a los intentos de dieta!..Y con este inicio, la extraña sensación de querer perpetuar el tiempo juntos, y la presión de la agenda que nos agita y amenaza.
Aquello relajado y distendido parecería ser propiedad exclusiva de la "foto de las vacaciones". Y nos envolvemos ( Y a veces enredamos!) en la rueda loca, agitada y tirana de las agujas del reloj...
Entonces evocamos de nuestra infancia, aquella canción legendaria de la tan amada María Elena Walsh:
"Quiero tiempo, pero tiempo no apurado...
tiempo de jugar, que es el mejor.
Por favor me lo da suelto y no envasado
adentro de un despertador"
La realidad es que los ciclos de descanso así como de intensidad laboral, son necesarios para nuestra vida.
¿Pero cómo lograr que el ritmo diario y lo "express" no nos robe o distraiga de aquello esencial que nos hace verdaderamente felices?...Creo que no se trata de evadir los desafíos de este tiempo, sino de destacar el valor de la calidad.
Sin duda el ritmo de los meses que vendrán nos restarán tiempo en cantidad, pero la propuesta de hoy, es "poner de moda" la calidad en nuestro tiempo juntos. Poder separar "pequeños grandes momentos" que se caractericen por su exclusividad y distinción del resto. Que contengan una impronta de respeto, de entrega, de dar lo mejor de nosotros mismos añadiendo ese valor que lo transforme en superlativo.
-Compartir una comida juntos, conversando acerca de nuestro día. Dos preguntas sencillas pero que nos pueden ayudar en el arte de sacar conversación ( sobre todo con nuestros hijos adolescentes o con marido momificado por el efecto pantalla!):
..Algo lindo que te sucedió hoy?...Algo que te costó o te fue más difícil?
No se trata de un interrogatorio! Sino de guiar de alguna manera la charla (sin gorra!).
-Hacer una caminata
-Poder incluir a los chicos en la preparación de la cena
-Con los más chiquitos, tirarnos al piso a arrastrar autitos; dibujar, pintar, hacer biijouterie, amasar, bailar juntos...sin nada más que hacer, que estar con ellos.
-Con los más grandes, conversar sobre la música que les gusta o las series que ven...
-Salir a tomar una coca, un café..( En especial los varones con su papá y las chicas con su mamá)
Lo importante es que hagas lo que hagas, no dejes de escuchar, de sentir, de mirar a los ojos, de sonreir y de añadirle virtud a esos 20/30 minutos de calidad que hacen que nuestro tiempo juntos tenga un gran valor.

miércoles, 17 de febrero de 2016




Los primeros pasos.

Valores vintage surgió hace poco más de dos años en mi mente-corazón. Comencé a escribirlo en mis desvelos (hasta que los hijos adolescentes llegan de sus salidas!) en la ducha ( porque parece que el agua sobre la cabeza activa mis neuronas!) y en las caminatas...observando el mundo, abriendo los ojos para mirar ( y no solo ver) aquello que nos rodea.
Descubrí que las imágenes son tremendas inspiradoras de pensamientos, sensaciones, emociones...y que si iba un poquito más profundo llegaban a mis valores.
Luego descubrí Instagram! y con ella una red de gente increíble que había materializado de alguna forma lo que se había gestado en mi corazón desde hace tiempo. Entonces me animé! y comencé a postear mis fotos, aquellas que dejaran ver mis valores...
Me encanta lo vintage! (De hecho lo soy! modelo 73) Y como desde hace tiempo se impuso como moda, consideré, por que no, sacar "de la baulera" aquellos valores que en otro tiempo nos identificaron y fueron tan fuertes. Aquellas verdades sembradas en nuestra infancia y que la adultez oxidó por falta de uso; o se nos vencieron por priorizar la cultura de la inmediatez y el "fast food"...
...Que me pasa cuando veo mi propia foto preparando una comida y cortando cebollas?...Me invade el perfume inconfundible de mi abuela preparando su gazpacho!..Ella, la musa inspiradora que decía con tonada andaluza y como si estuviese recitando una copla: -"Que lo antiguo vale siempre!" Y aunque amo vivir en este tiempo ( de hecho no podría estar sin lavarropas automático, celular, ipad..etc...etc) Te propongo redescubrir desde lo actual, aquellos valores que hacen a nuestra esencia, y ponerlos de moda!