Pone de moda lo verdadero

martes, 5 de abril de 2016

TE DOY MI PALABRA


Soy nieta de inmigrantes. Mis abuelos llegaron de Europa "con una mano atrás y otra adelante". Con mucho esfuerzo y trabajo se construyeron la casa. 
En aquel tiempo no existían las tarjetas de crédito ni el banco les otorgaba uno, era mes a mes cuando el Nono recibía "el sobre", que pagaban su cuota en el corralón por un acuerdo hecho de palabra. Y fue justamente el ser gente de palabra, lo que les permitió edificar su casa, llenar sus despensas, tener su primer máquina de coser y montar su emprendimiento a las mujeres de la familia. Porque lo primero que hacían era cumplir con lo acordado. Y esto les dio fama de leales, de confiables, de honrados. El valor de la palabra les permitió sostener un presente y dejar herencia...
              "Si quiero". Estas palabras me permiten desde hace 20 años edificar un hogar. Porque el hogar se construye día a día en la decisión de sostenerse en aquellas simples dos palabras, tan poderosas como para sellar un pacto de amor!
Ante cada desafío, alegría, dificultad, enfermedad, abundancia o escasez, la decisión puesta en palabras nos permite seguir construyendo "la casa". Nos permite sostener nuestro presente y dejar herencia...
                    Y que de nuestras vidas?.. No se construyen también de palabras? 
Palabras de ánimo, de consuelo, de afirmación, de determinación. 
Un rey muy sabio de la antigüedad dijo que en nuestras palabras hay poder para dar vida o para dar muerte. Con nuestras palabras podemos edificar...o podemos destruir...
Las palabras tienen un valor que no llegamos a distinguir en el momento, pero sostienen (o derriban!) nuestro presente y dejan herencia! Tienen un alcance más allá de lo "audible", tienen el filo para atravesar lo intangible y perpetuarse en la eternidad de nuestra alma.
Me propongo desde lo cotidiano darle a mis palabras el valor que tienen! 
-Intento poner en palabras lo que siento."Ponerle nombre" a mi emoción me permite identificar mejor lo que me pasa y actuar más acertadamente en buscar la solución.
-Callar a tiempo...(que difícil!)
-Sostener mi palabra con los chicos, cuando pongo un límite, cuando digo que "no" (Esto requiere de un tiempo mayor para pensar antes de hablar! Y no quedar presa de mis palabras!)
-Bendecir! No desde el concepto "religioso" con el cual identificamos la palabra, sino desde el significado mismo de "bien decir", hablar bien del otro, de una situación, de mis seres amados, de mí misma!
-En “la era del #hashtag”, les propongo poner de moda despegarnos de las etiquetas que nos limitan a una forma, estilo o aspecto; que rotulan a las personas y las condicionan social, física y emocionalmente.
-Desconfigurarnos de aquellos patrones que nos impusieron las palabras negativas, los alias o la mirada reducida de los otros. Nuestra identidad es mucho más que eso!
-Darnos la oportunidad de resignificar aquellas palabras que construyen, que edifican “la casa”, que nutren el hogar y honran la vida.
Sembremos un presente lleno de palabras que dejen una herencia bendecida.

7 comentarios:

  1. Hermoso!! Bendecir, hablar bien, que se haga costumbre en nuestro diario vivir!!! A ponerlo en práctica! Te quiero cuña!!

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  2. Hermoso!! Bendecir, hablar bien, que se haga costumbre en nuestro diario vivir!!! A ponerlo en práctica! Te quiero cuña!!

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  3. Muy bueno!!! Para ponerlo en practica ya!
    Beso Na!

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  4. Cómo todavía no había empezado a leer este blog? Muy bueno Nati. Gracias !

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